El senado Argentino impide la despenalización del aborto
El “NO” del Senado argentino, el pasado 8 de agosto, frustraba el intento de despenalización impulsada por el Gobierno Macri y defendida en la calle por cientos de miles de mujeres hartas de una situación que las condena a interrumpir el embarazo en la clandestinidad, sin poder decidir libremente acerca de su maternidad. Los 38 votos en contra de la modificación legal suponen el mantenimiento de la Ley actual, vigente desde 1921, que representó un notable avance a principios del siglo XX pero que se ha demostrado completamente inútil a día de hoy.
Pese a la contundente victoria en el Congreso y la movilización de millones de personas en defensa de una norma que pusiera fin a la indefensión de tantas mujeres, el Senado argentino vetó la reforma y frustró –al menos de momento- las expectativas en torno a una Ley más segura y justa.
La influencia de la Iglesia, la presión de los grupos más conservadores, la sombra de las elecciones en provincias el próximo año, el modelo de representatividad del Senado, la veteranía de la mayor parte de sus miembros y, finalmente, el escaso entusiasmo del Gobierno en la defensa de la reforma impulsada por ellos mismos; varios son los motivos que explican la derrota en la Cámara Alta.
abrumadoras estadísticas
Los datos hablan por sí mismos: más de 350 mil mujeres abortan de manera clandestina cada año en Argentina , según los datos del Ministerio de Salud. Estas cifras se elevan a casi medio millón si hacemos caso a las aportadas por distintas entidades de género que siempre han alertado sobre la “clandestinidad oculta”, es decir, sobre el número de abortos clandestinos que no se contabilizan desde los medios oficiales.
A esto habrá que añadir las casi cincuenta mujeres muertas, desde 2016, por complicaciones tras abortar en pésimas condiciones sanitarias; tres de ellas fallecieron en las últimas semanas, tras el encendido debate que impidió la reforma de la Ley. Al otro lado del río de la Plata, Uruguay, que aprobó una Ley de plazos en 2012, ha conseguido erradicar las muertes por abortos clandestinos y se sitúa, justo después de Canadá, como el país americano con menor mortalidad materna del continente.
Necesidad de un cambio
En suma, Argentina precisa una regulación actual que termine con una situación injusta e insostenible. La importante movilización social y política que respaldó la reforma de la Ley y la corriente de solidaridad exterior, especialmente en América Latina, lleva a pensar que el debate no finalizó en el Senado y que más pronto que tarde Argentina contará con una norma que reconozca a las mujeres libertad para decidir.